[Capítulo 4] El poder de la automotivación ¿Cómo superar barreras y prejuicios?

[Capítulo 4] El poder de la automotivación ¿Cómo superar barreras y prejuicios?

Los meses posteriores a los sucesos acontecidos en el capítulo anterior no fueron ni mucho menos sencillos. El dolor y la adversidad me hicieron enfocar mis objetivos de una forma aún mucho más clara y determinada pero, cómo en cualquier proyecto de innovación, aunque las metas estuvieran claras. Los problemas y los retos iban surgiendo como setas en el campo e iba a ser, con determinación, mucho trabajo y paciencia como, poco a poco, iría solventando todas las piedras del camino.

Superar la desconfianza de los profesores

Si has leído los capítulos anteriores, sabrás que en lo académico las cosas no me estaban funcionando nada bien y, mes y medio de convalecencia recuperándome de las heridas físicas y emocionales de aquel fatídico accidente no ayudaban en el hecho de poder encauzar mis estudios.

Mis profesores llamaron a mi padre a una reunión para hablar de la situación y, al parecer, le comentaron que no se preocupase porque tendría que repetir curso ya que, en dos meses, era totalmente imposible que yo sacara adelante todo el curso. Mi padre, simplemente asumió tal ciricunstancia porque demasiado tenía el hombre con lo que tenía. Su ángel en la tierra había vuelto al cielo del que vino para no volver más.

De aquella conversación me enteraría muchísimos años después gracias a que me lo contaron mis hermanas. Sin ese ruído que generan todos aquellos que no confían en algo, aproveché el mes y medio de convalecencia en casa para ponerme las pilas con mis estudios. Por más que no me gustase la física, la química o las matemáticas, eran el primer reto a superar si quería comenzar el camino para ser diseñador.

Gracias Soni

Qué hubiera sido de mi en ese mes y medio sin mi hermana Soni que, también convaleciente y con menor movilidad que la mía, se sentaba todos los días conmigo a estudiar y a explicarme todo aquello que tanta bola se me hacía.

Aún recuerdo con auténtico pavor las formulaciones del benceno, el acido clorhídrico y este tipo de cosas que nunca más he vuelto a utilizar. Gracias Soni, sin ese apoyo quizás hoy no hubiera vivido tantos sueños. Te estaré eternamente agradecido por aquello.

Superar la desconfianza de tus amigos

No todos pero, muchos de mis amigos de aquel entonces unido al pensamiento de muchos de los profesores con los que hablaba me decían que aquello de hacer dibujitos no me llevaría a ningún sitio y les entiendo. Ellos iban para ingenieros aeronáuticos y ese tipo de cosas. Eran auténticos cocos capaces de devorar libros y poder aprobar exámenes aparentemente sin esfuerzo.

Pero desde la tranquilidad pero con los ojos fijados en mis objetivos, aquellos comentarios más que hundirme sólo hacían que motivarme a luchar con más determinación por mis sueños.

Tengo mil anécdotas curiosas de todo aquello... pero, por no extenderme mucho, sólo resaltaré de forma breve un par de ellas que quizás ejemplifiquen lo que supusieron esos dos últimos meses de curso.

Cuando tus profesores te ponen trabas

Examen de química orgánica, primero tras todo lo sucedido mes y medio atrás y, tras todo un curso en el que subir del tres y medio en cualquiera de los exámenes de esta materia era poco menos que una quimera pase, gracias a las clases de mi hermana, a ser la nota más alta de la clase.

Esto supuso que, aún con el brazo en cabestrillo, mi tutora y la profesora de la asignatura tuvieran una conversación conmigo en el pasillo para decirme que, entendían que mi situación era muy difícil, pero que no hacía falta que copiara en los exámenes. Mi indignación ante tal acusación fue enorme, la sangre me ardía por dentro pero, pese a todo, mantuve la calma y les pregunté si acaso tenían alguna prueba de aquello de lo que me acusaban. Me dijeron que no, pero que no era normal ese cambio. Les dije que lo entendía, pero que irían viendo más en lo que faltaba para acabar el curso.

No sólo los profesores, el propio jefe de estudios, que era el profesor de historia tampoco decidió ponermelo fácil decidiendo que, pese a tener un notable de media en aquel trimestre, me suspendería y tendría que examinarme de todo el año y sólo tendría dos semanas para preparar ese examen.

Gracias a todos

Si, has leído bien. De todo corazón, gracias a todos porque aprendí una lección de todo aquello. Tenía lo que me había ganado durante todo el año, siempre supe que era capaz, pero la falta de motivación me lastraba y eso supuso la desconfianza de todos y fue, ese mismo sentimiento de dessconfianza, parte del combustible que necesité para sacar adelante aquella situación.

Echando la vista atrás reflexiono y pienso que, la vida, es un ejercicio de Design Thinking constante, un proyecto de innovación eterno en el que, ante los retos, tenemos que tener la capacidad de encontrar soluiones con los recursos que uno tiene a su alcance sin perder de vista el objetivo final.

Finalmente aprobé todo el curso en dos meses, barrí el escollo más grande de cara a cumplir mis metas y, tras ese merecido pero triste verano del 2001 y, tres años después de haber hecho mi primer dibujito de Son Goku en aquel IBM 286 en aquel software llamado Harvard Graphigcs, comencé a estudiar lo más parecido que había, en aquel entonces, a hacer dibujitos en el ordenador, preimpresión en artes gráficas.

¿Qué se necesita para ser innovador?

Sobre Mi
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Historia
2024-02-06
David Muñoz Guardia
David Muñoz
Experto en Diseño de Producto e Innovación con más de 20 años de experiencia, aplicando el Design Thinking y la creatividad para lograr resultados de negocio.

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