[Capítulo 6] Mis primeros trabajos como Diseñador
Las clases del instituto se acaban y se acercaba el momento de dar el siguiente paso, salir al mundo laboral y empezar a vivir el sueño por el que tantos años llevaba luchando y que tanto me había costado conseguir. Discusiones familiares, sentirme poco comprendido por parte de profesores y amigos.
Pero todo aquello pasó y ya me daba igual, estaba en el camino hacia mis sueños y empezaba el momento de empezar a vivir de ellos.
Mi primer trabajo... retocando fotos
Primavera del 2003. Tras dos años de estudios y aprendizajes, llegó el momento de trabajar. Bueno, en honor a la verdad, de ser becario.
Miguel, como no podía ser de otra manera por su forma de ser, cumplió con su palabra. El instituto tenía acuerdos con varias empresas pero, la más relevante de todas ellas era el Diaro Marca. El instituto mandaba allí sólo a dos personas y tenían que ser buenos ya que había que mantener el nivel alto de cara a que, el instituto, pudiera seguir teniendo el acuerdo de colaboración vigente con ellos.
Y allí llegué, no soy capaz de describir la emoción que sentí aquel día. Mi trabajo iba a ser retocar fotos y prepararlas para que luego se imprimieran bien en el periódico. Quizás no era hacer dibujitos como yo esperaba pero, por aquellas, no había muchas oportunidades de hacer Diseño Gráfico y, mucho menos, recién salido del instituto con 17 años.
Qué perdido estaba, recuerdo que la primera foto que me pusieron delante era una Michael Schumacher en su Ferrari. Me volví loco tocando el cian, el magenta, el amarillo y el negro para equilibrar el color. Que si el papel del periódico absorbía mucho amarillo y por eso había que subirla de ese tono, pruebas de color... ¡buah! una locura y yo más perdido que un pulpo en un garage, pero feliz. Por mis manos pasaban las fotos de todos mis ídolos Abraham Olano, Fenando Alonso, Dani Pedrosa, Zinendine Zidane...
Mi primer trabajo de "Diseñador"
Lo de retocar fotos de tus ídolos está muy bien, de hecho, ya contaré en algún post una anécdota sobre el primer trabajo "relevante" que hice en mi carrera y que tiene que ver con David Beckham. Pero eso será para otro post.
Lo que venía diciendo, lo de retocar fotos estaba muy bien pero mi objetivo era hacer dibujitos en el ordenador. Diseñar, ser capaz de crear cosas nuevas. Los turnos que tenía en el periódico se alternaban por semanas entre la mañana y la tarde. Las semanas que tenía que ir de tarde se me hacían muy raras y el hambre por aprender seguía intacto.
Fue entonces que hablé con mi tío Jose Luís, el que tenía la agencia de publicidad y me regaló aquel IBM 286 con el que empecé toda esta locura. Le propuse que si no le importaría que, las semanas de mis turnos de tarde en el Marca, podía ir a echarle una mano y continuar aprendiendo más cosas sobre el mundo del Diseño Gráfico.
Él tenía un montón de clientes, había hecho campañas para Amena, Marlboro y marcas así y me parecía bien poder estar a su lado, intentar echarle una mano y, a la vez, aprender de la profesión.
Por el Paseo de la Castellana persiguiendo un sueño
Mi tío acepto la propuesta y eso hicimos. Las semanas que me iba a su agencia eran bastante intensas, yo salía de casa a las 7.30 de la mañana con un sandwich en la mochila y un saco lleno de sueños. Cogía el metro, iba a la oficina que estaba por el metro de Colombia y dedicaba la mañana entera a escuchar, observar, practicar y aprender con él.
Al llegar el mediodía, y con la hora bastante pegada al culo, tenía que salir de allí a toda prisa y aprovechar para comerme el sandwich de camino al periódico que estaba, por aquel entonces, en el paseo de recoletos.
En aquellas caminatas, reflexionaba y teorizaba sobre todo aquello que aprendía. Vislumbraba en el futuro un montón de sueños... crear alguna página web, tener alguna idea loca que revolucionase algún sector, salir a un auditorio a contar mis ideas...
Primer verano trabajando por mis sueños
Tras tres meses de prácticas y muchos paseos por la castellana, me propusieron contratarme en el periódico para hacer las suplencias del verano. La verdad, no me lo podía creer, todo seguía saliendo fácil aunque, en parte, con aquella oferta tenía sentimientos enfrentados. Tenía 18 años recién cumplidos y veía como todos mis amigos disfrutaban de sus primeras vacaciones de verano juntos previas a la universidad y, mientras tanto, yo me tenía que quedar trabajando en Madrid.
Además, yo tenía claro que no sólo tenía que trabajar por mis sueños si no porque, en casa, la situación no era fácil y, pese a que mi padre nunca me lo pidió, yo no quería suponerle mayor carga de la que él ya llevaba consigo mismo.
Mi novia de aquel entonces, me había consguido información sobre una Universidad privada que daba una titulación en Diseño y Comunicación Multimedia. Aquella Universidad no era precisamente barata y yo, no quería que mis decisiones implicasen más carga a nivel económico a mi padre.
Aún y así, y con todos estos pensamientos y sentimientos enfrentados, era tal mi determinación por cumplir mis sueños que no me costó mucho aceptar la oferta, quedarme sin verano y trabajar para poder pagarme los estudios.
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