[Capítulo 7] Cómo es trabajar en verano para cumplir un sueño
Aquel verano de 2003 fue, cuanto menos, curioso. Ver cómo tus amigos disfrutan de la fiesta, los chiringuitos y la playa mientras tú estás cerrando el periódico a las tres de la madrugada un día cualquiera de agosto cuanto menos, te forja el alma. Pero que agredecido le estaré siempre al Grupo Recoletos por darme la oportunidad de empezar a cimentar mis sueños.
Gracias a aquellos meses pude vivir algunos de los momentos de la historia del deporte español desde dentro y, para un fanático de los deportes como es mi caso, aquello era poco menos que un orgullo y un privilegio.
Real Madrid campeón de Liga 2002-2003
No puedo evitarlo, el Real Madrid es el equipo de mis amores desde que era un renacuajo. Ese espíritú de lucha y superación constante, ese no rendirse ante el último minuto son valores que me inculcaron mis padres y que pude vivir a través del equipo de mis amores.
Aún recuerdo aquella tarde de Junio en la redacción que, por aquel entonces se encontraba en el paseo de la castellana frente al metro de Gregorio Marañon. En el edificio que hacía esquina con la calle María de Molina. Aquella tarde fue muy especial para mí, yo siempre veía los partidos con mi padre y más si eran así de importantes pero por aquellas me tocaba trabajar.
No sé como será a día de hoy la redacción del periódico pero recuerdo que, en aquella época, cuando había un evento importante se generaba un ambiente muy bonito dentro de esas oficinas. Había una televisión ante la que nos arremolinábamos todos. Bien es cierto que los jóvenes íbamos preparando el resto de secciones del periódico. Los redactores nos iban trayendo las fotos del resto de noticias que se iban a publicar e íbamos dejando el trabajo hecho mientras los más antiguos en el lugar disfrutaban del partido.
Yo estaba con mi compañero del instituto Edu al que también le habían ofrecido el contrato para las suplencias de ese verano. A Edu, no le gustaba nada el fútbol y recuerdo que, cuando íbamos a la bandeja donde nos dejaban las fotos los redactores, él las cogía de dos en dos y me decía que disfrutase del partido y no me preocupase ¡Mil gracias Edu por permitírme vivir aquello!
Aquel partido frente al Athletic de Bilbao en el Santiago Bernabeu acabó con un 3-1 con dos goles de Ronaldo (el gordo) y Roberto Carlos. Al finalizar el partido en aquella redacción se cruzaban celebraciones y lamentos a partes, casi iguales, en función de los amores y los colores de cada uno. Desde las ventanas de la redacción animábamos a toda la hinchada madridista que bajaba desde el Bernabeu a Cibeles. Ese paseo que tantas veces me había tocado hacer a mí esos meses atrás y que, en más de una ocasión había hecho yo con mi padre, ahora lo vivía desde dentro del mayor periódico deportivo del país.
Pero bueno, tocaba trabajar. Aquellas horas que fueron tranquilas durante el partido se tornaron frenéticas al finalizar las celebraciones. Desde mi ordenador escuchaba los cánticos de los aficionados que bajaban por el paseo de recoletos mientras todo aquel equipo entre los que me encontraba, trabajábamos hasta altísimas horas de la madrugada por dejar el periódico preparado para el día siguiente.
Primera victoria de Fernando Alonso
Si a mediados de Junio estaba celebrando la victoria del Real Madrid en Liga... en Agosto de 2003 estaba trabajando sobre una de las noticias más importantes de la historia del deporte español.
Aquella no me pilló de lleno en la redacción ya que yo entraba en el turno de la tarde. Aún recuerdo los calores de Agosto, yo estaba solo en Madrid ya que mi familia estaba en la casa de la playa. Recuerdo celebrar la victoria en casa y salir corriendo para la redacción intuyendo lo que me esperaba tras la experiencia del final de liga.
Cuando llegué a la redacción todo el trabajo que había era Fórmula 1, Fernando por aquí y por allá. No paraban de llegar noticias y nuevas fotos sobre aquel hito histórico pero bien es cierto que lo recuerdo como un evento mucho más tranquilo y comededido que lo que fue el final de la liga. Se trabajó mucho si pero, la gran suerte de que la F1 sea un evento, generalmente de medio día, hacía que en la redacción el ritmo no fuera tan frenético.
¿Cómo es trabajar en verano?
Viví muchos más eventos como aquella histórica Copa del Rey de Samuel Etoo ganada por el Mallorca, la llegada de David Beckham al Real Madrid, las luchas de Sete Gibernau y Valentino Rossi o las victorias de Dani Pedrosa que lo llevaron a ser campeón del mundo de 125cc.
Pero cómo es eso de trabajar en verano cuando eres tan joven. Pues supongo que depende de cómo te lo montes. Yo estaba luchando por mis sueños, forjando mi camino y sacándome un dinero para pagarme la Escuela de Arte. Tenía momentos de todo tipo pero recuerdo aquella época como una época bonita en el sentido de que había un propósito claro, salir adelante y luchar por mis sueños.
Mis amigos me llamaban desde la playa y me decían que veían todos los días el periódico y se acordaban de mi. Aunque parezca una tontería, esas cosas me daban fuerza para seguir. En aquella época las redes sociales no eran lo que son hoy. Nos comunicábamos por SMS o por teléfono y, para mí, aquellas fotos impresas en aquellas páginas de papel reciclado en un periódico de tirada nacional eran mis stories hacia mis amigos. Era lo que me conectaba con ellos en la distancia.
Recuerdo el olor a periódico de mi habitación de aquel verano. Guardaba todos los periódicos sobre los que había trabajado en una mochila Kappa que aún conservo. Los días que se hacían duros simplemente pensaba en el objetivo final, me resguardaba en mi pareja, hablaba con mis amigos o, simplemente, salía del periódico de madrugada y me iba un rato de fiesta con los amigos que estaban de paso por Madrid.
Dejar tu primer trabajo... para seguir soñando
El verano llegó a su fin. Corrían los primeros días de Septiembre cuando me ofrecieron quedarme en aquella redacción trabajando. Aún recuerdo el nombre de la persona que era mi jefe pero que no escribiré aquí por respeto a su intimidad. Me llamó a su despacho para decirme que estaban contentos conmigo y que me ofrecían continuar tras haber hecho las suplencias del verano.
He de reconocer que el trabajo, al menos por aquel entonces, en la redacción de un periódico era cuanto menos intenso. Adaptar los horarios no es del todo sencillo y esto, unido a que yo quería diseñar, crear cosas nuevas no ayudaba a tomar la decisión de continuar en aquel trabajo. Así se lo expliqué a mi jefe en aquella sala. Él lo comprendió a la primera, le dije que estaba súper agradecido por la oportunidad y por la propuesta pero que iba a seguir estudiando y luchando por lo que realmente quería. Por horarios seguramente podría haber compaginado mis estudios en la Escuela de Arte con el periódico pero necesitaba estar centrado y seguir mi camino.
Pocos días después de aquella conversación me encontraba en la secretaría de la Escuela de Arte a punto de firmar para entrar estudiar Diseño y Comunicación Multimedia. El curso empezaba en pocos días, no tendría ningún descanso tras haber trabajado todo el verano. Mi padre me acompañó. Aún recuerdo los nervios que tenía aquel día, poquito a poco todo iba en la línea de aquellos sueños que empezaron cinco o seis años atrás entre viejos ordenadores y cómics de Bola de Dragón.
Todo el dinero que había conseguido ese verano iba a ser invertido en una formación que aún me albergaba un futuro incierto... y fue entonces, cuando mi mano cogió el boli e iba a firmar el primero de muchos recibos que mi padre me tomó la mano, impidiéndome estampar mi firma y me dijo una de las frases que a día de hoy me siguen emocionando después de todo lo vivido para llegar hasta este punto... "Esto no lo vas a pagar tú, ya me has demostrado todo lo que me tenías que demostrar... de esto me encargo yo".
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