¿Cómo utilizar la IA para el diseño de producto?
La inteligencia artificial (IA) ha dado un salto significativo en su capacidad para ayudar a cualquier profesional en su trabajo. No te descubro nada nuevo si te digo que, la IA tendrá un impacto en la humanidad como lo tuvo en su día la revolución industrial o la llegada de internet. El buen uso de la inteligencia artificial en las empresas aporta grandes eficiencias y, por ende, mejoras en las cuentas de resultados aportando soluciones a problemas concretos en cuestión de segundos.
La IA ha irrumpido también en el mundo del arte pudiendo ejecutar tareas que requieren de creatividad como pueden ser el diseño gráfico, la música y, cómo no, el diseño de producto o la innovación. Existen herramientas de IA que generan imágenes, textos o prototipos en cuestión de segundos y es, ante tal circunstancia que surge una pregunta crucial: ¿Cómo está influyendo la IA en nuestra capacidad creativa y hasta qué punto puede complementar, o tal vez, reemplazar, nuestra originalidad a la hora de concebir nuevos productos y servicios?
Tras más de veinte años trabajando en el mundo de la innovación tecnológica y el diseño de producto y más de seis años (hasta el momento de escribir estas líneas) dedicados al estudio y desarrollo de una inteligencia artificial, quiero dar respuesta en estas líneas a la pregunta de ¿cómo se puede utilizar la IA para el diseño de producto? y transmitirte mi opinión sobre si la IA ha venido a matar nuestra creatividad.
¿Cómo funciona una IA de manera sencilla?
Un aspecto fundamental a comprender es que la IA generativa, que abarca tecnologías como ChatGPT, herramientas de diseño gráfico o plataformas que crean música y arte, no crean su contenido desde cero. El funcionamiento de una inteligencia artificial se basa en la combinación de datos preexistentes donde se detectan y ajustan patrones y se replican estilos con el fin de generar una respuesta.
Para entendernos mejor, una IA (a día de hoy) no crea contenido que no haya sido creado previamente por el ser humano. Imagínate una base de datos enorme con todos los artículos de un periódico. Todos esos artículos son la base de conocimiento con la que se entrena a la IA y, por así decirlo, ese es su mundo conocido por lo que no podrá dar respuesta o crear contenido sobre algo que desconoce. Si ese periódico sólo hablase de deporte, esa IA no sería capaz de resolver preguntas sobre personajes de la política porque, básicamente, no tiene ese conocimiento.
Esta misma filosofía llevada al diseño de productos y servicios, podría ser útil si entrenamos esa IA, por ejemplo con muestras sobre procesos creativos, generación de prototipos, planteamiento de hipótesis y, eventualmente esta IA podría agilizar procesos como la creación de nuevos prototipos, el planteamiento de hipótesis o la conceptualización de ideas iniciales. Pero ¿acaso la creatividad es replicar patrones?
¿Puede aportar la IA soluciones creativas?
El proceso creativo en el diseño de producto y la innovación requiere más que un simple ajuste de patrones. Se trata de conectar ideas aparentemente dispares utilizando, por ejemplo, técnicas de pensamiento lateral. La innovación requiere de tener una alta capacidad para enfrentarse a desafíos y problemas complejos con un pensamiento diferente al habitual y de ver oportunidades donde otros ven barreras.
La IA, aunque puede ser una herramienta valiosa para acelerar ciertos procesos, no tiene la capacidad de aportar esa chispa única de intuición humana que transforma el primer esbozo de una idea en una realidad que soluciona un problema de una manera diferente. Por lo tanto, una inteligencia artificial no te va a aportar soluciones creativas.
¿Perdemos creatividad cuando usamos IA?
Dado que la inteligencia artificial aporta soluciones rápidas a problemas concretos las empresas y las personas podemos caer en la complacencia y no hacer un esfuerzo por ser creativos. De hecho, uno de los grandes dilemas a los que nos enfrentamos en el mundo de la innovación y la creatividad es si, el hecho de recurrir demasiado a la IA reducirá nuestra capacidad para pensar de manera original y afectar a otro tipo de habilidades como son el pensamiento crítico o la toma de decisiones.
Sin embargo, esta visión también tiene su contrapunto. Al liberarnos de tareas repetitivas o menos inspiradoras, la IA puede darnos más espacio para enfocarnos en los aspectos verdaderamente creativos del diseño. La clave está en saber cómo usar la IA sin que sustituya nuestra propia capacidad de creación.
Utilizo la IA todos los días en mi trabajo para multitud de tareas y, cuando combinas tus propias capacidades creativas con estas herramientas, lo que sucede es que tus resultados y hablidades se ven potenciadas. Puedes, por ejemplo, aprovechar la IA para que sea ese cliente con el que te gustaría hablar y no tienes delante y puede ser un primer punto de contacto de cara a inspirarte o contrastar tu idea.
¿Cómo integrar la IA en el proceso de diseño?
Es importante definir con claridad el propósito de la IA dentro de tu proceso creativo. Como te exponía en el ejemplo anterior, puedes aprovechar su capacidad para superar bloqueos creativos o pedirle ayuda para sintetizar conceptos, crear prototipos o estructurar la comunicación de tus ideas. Aquí te dejo algunos ejemplos de cómo he utilizado yo la IA en mis procesos creativos.
Utiliza la IA para validar tu idea con “tu cliente”
Puedes decirle a ChatGPT, por ejemplo, que adquiera el rol de tu cliente tipo (hombre/mujer de 25 años con gustos x) y, a apartir de ahí cuéntale tu idea a la IA y te irá dando respuestas que, seguramente, te den que pensar.
Utiliza la IA para comunicar conceptos complejos
Explícale a la IA tu idea y pídele ayuda de cara a simplificar la comunicación, seguro que te aporta algunas ideas que te ayudarán en el proceso de cómo comunicar tus ideas.
Utiliza la IA para prototipar
Gracias a la IA no es tan necesario como años atrás el saber programar. Este quizás sea el proceso que yo más utilizo en el día a día. Cuéntale a la IA cuál es tu idea y dile, por ejemplo, que te haga una web o un script en algún lenguaje de programación para esa idea y ponte a cacharrear y dar forma a tu idea a través de prototipos funcionales.
La IA es un aliado para la innovación
La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, y con ello, nuevas formas de trabajar y diseñar. La IA es un aliado que puede ayudarte a visualizar un concepto, probar ideas rápidamente y abrir la puerta a enfoques que quizás no hubieras considerado por ti mismo.
Habilidades humanas, como el juicio moral, el pensamiento crítico y la capacidad de entender contextos complejos siguen siendo irremplazables e insustituibles por una inteligencia artificial.
El reto para los diseñadores de producto está en ser aún más humanos y más creativos e integrar estas nuevas tecnologías en nuestros procesos sin perder de vista nuestro papel como creadores y visionarios. La IA puede ser un punto de apoyo en la búsqueda de soluciones innovadoras, pero la chispa que hace única cada idea seguirá siendo la del alma que la concibió.
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