¿Por qué la Provocación es Esencial para la Innovación?

¿Has pensado alguna vez en cómo la provocación puede llevarte al éxito? ¿Sabías que provocar podría solucionar esas conversaciones enquistadas que impiden avanzar tu proyecto? Pues te diré que sí.

La provocación nos mueve por dentro y hace que tengamos que cambiar algo. Aún recuerdo cuando en la escuela de arte nos decían que, los diseñadores, tenemos que ser provocadores. Piénsalo bien, si lo que dices o haces no provoca nada en los demás tu impacto será mínimo. La provocación agita el árbol de las emociones, confronta lo establecido, plantea nuevos escenarios y genera cierta incomodidad.

Ya sea que estés liderando un equipo, que necesites entender un nuevo concepto o que quieras innovar en tu negocio, la provocación puede ser tu aliado fundamental a la hora de conseguir que las cosas simplemente pasen. En este post te voy a mostrar varias situaciones en las que la provocación resulta fundamental en el ámbito de la innovación, el diseño de producto, la creatividad y la gestión de equipos.

La provocación es el eje de la innovación

Piensa en el mundo que te rodea. La pantalla desde la que estás leyendo este post, y que a día de hoy asumes como algo normal, en otra época no lo era tanto. Alguien decidió en algún momento que a través de una especie de ventana te podrías comunicar con el resto del mundo. Depende del momento de la historia de la humanidad en la que quieras enmarcar tal circunstancia la idea sonará más o menos loca. De hecho, si viajas a la época medieval, lo mismo te acusasan de brujo y te quieran quemar en la hoguera por tal acto de provocación.

Pero bueno, no nos vayamos tan atrás en el tiempo. En la película de Steve Jobs del año 2015 protagonizada por Michael Fassbender (que por cierto te recomiendo ver si aún no la has visto) hay una secuencia en la que Steve, cansado de ver a su hija utilizando un walkman enorme, poco ergonómico y con un look un tanto vintage... le dice "te voy a llenar el bolsillo de quinientas canciones". La frase en sí misma me merece la categoría de provocación y no se si realmente fue así como surgió la idea de crear el iPod pero, el resto de la historia, ya es más que conocida.

Por lo tanto si quieres innovar, tienes que ser capaz de provocar. Muchos te tomaran por loco pero recuerda una cosa... las ideas locas son las que cambian el mundo.

El Diseño de Producto requiere de una provocación constante

Crear un nuevo producto o servicio no es nada sencillo. En la mayoría de ocasiones el diseñador de producto es esa persona que sabe un poquito de todo pero no es experto en nada. Los diseñadores de producto son el eje vertebrador de un proyecto ya que, por su idiosincrasia y responsabilidad tienen que tener ciertos conocimientos técnicos sobre cómo se ejecutará el producto, tienen que ser capaces de entender a los usuarios y no pueden olvidar los aspectos económicos que hagan que el producto o servicio sean viables.

Al ser un rol que se encuentra en el centro de muchas conversaciones, el diseñador de producto tiene que ser capaz de poner a muchas personas de acuerdo. La visión técnica por ejemplo, no tiene por qué estar alineada con la parte de negocio o esta, con la del usuario final. En mi día a día asisto ante muchas conversaciones en las que cada uno, lógicamente, habla de su libro. Todos estamos en el mismo proyecto sí, pero cada uno lo ve desde su perspectiva y, lo que aún es más importante, cada uno se comunica a su manera lo que hace que, cada interlocutor, entienda una cosa diferente.

Es constante que, en esas conversaciones provoque a los expertos de cada área intentando rearticular sus palabras haciendo que el discurso sea más sencillo y comprensible para el resto. Al hacer esto se consiguen dos cosas, simplificar el mensaje y en el caso de que lo que yo haya dicho no sea exactamente lo que quería explicar la persona experta le estaré dando pistas de cómo se tiene que comunicar con el equipo para que todos lo entendamos.

Podría extenderme en mil formas de provocación diferentes. Conversaciones, prototipos, dibujos... pero quédate con esta idea. Si provocas de manera efectiva, harás que la comunicación sea más sencilla.

La provocación te hace más creativo

Que sería del mundo sin la creatividad. No son pocas las personas con las que nos cruzamos en el día a día que juran y perjuran no ser creativas. Pues bien, si tú eres uno de ellos tengo una buena noticia para ti ¡Sí eres creativo, te lo aseguro!

Dicen que las grandes ideas surgen en los tiempos de crisis y bien es cierto que cuando la soga aprieta uno le tiene que dar más a la cabeza. Si te rodeas de problemas te estarás provocando incomodidad y esto, te hará pensar en soluciones creativas para salir de esa incomodidad y construir un espacio más cómodo.

Pero bueno, tampoco es necesario rodearse de problemas. Simplemente visualízate a ti mismo a o tu equipo una serie de escenarios hipotéticos que os hagan sentir incómodos. Con esta provocación os llevaréis a ti y a tu equipo a la reflexión y haréis que vuestro cerebro empiece a funcionar para eso para lo que fue diseñado... encontrar soluciones a los problemas y te aseguro que, cuanto más incómoda sea la situación, más creativo te vas a tener que volver.

Abraza la provocación

Utiliza la provocación siempre desde un punto de vista positivo y como una herramienta más que permite avanzar en la consecución de tus objetivos. Ya sea que quieras crear un nuevo producto o servicio, ayudar a clarificar una conversación o que necesites ser más creativo a la hora de abordar un problema, la provocación es un aliado fundamental que tiene la capacidad de impulsar aquello que estés dispuesto a emprender.

La provocación es un catalizador en cualquier fase del diseño de un producto. Ayuda a la innovación, estimula la creatividad, promueve el debate, invita a la reflexión y en definitiva, provoca el cambio.