Liderazgo consciente: Ego vs. Inteligencia Emocional
El
éxito de cualquier proyecto depende de multitud de variables y de aspectos que son
fundamentales de cara a que cualquier idea o negocio que decidas emprender funcione.
Todas las compañías están en una búsqueda constante de talento pero, las buenas empresas buscan, sobre todo, buenas personas. Este artículo pretende ahondar en la idea de cómo, el tipo de liderazgo, puede hacer que el talento de todos los miembros del equipo pueda verse potenciado u opacado en función a la buena o mala gestión del liderazgo.
Seas responsable de un equipo o un colaborador dentro de un proyecto a cargo de alguien, este artículo te hará reflexionar sobre el tipo de liderazgo que aplicas con tus colaboradores o que está siendo aplicado por tu responsable y te hará cuestionarte si ese liderazgo está siendo ejercido desde el ego o desde la inteligencia emocional.
¿Por qué es importante el ego?
El ego, en psicología, es una instancia psíquica que permite al individuo reconocerse a sí mismo y a su propia identidad. Gracias al ego, los seres humanos somos capaces de edificar nuestra identidad, personalidad y carácter. Básicamente, el ego ayuda a las personas a definir quiénes son y cómo son y, gracias a esto, se puede entender por qué nos relacionamos con los demás como nos relacionamos.
Es fundamental hacer un ejercicio introspectivo (en el caso de que seas el responsable/jefe y tengas personal a tu cargo) o un ejercicio de análisis profundo (en el caso en que seas un colaborador y dependas de alguien) sobre quién y cómo es la persona que lidera un proyecto o una compañía.
Por desgracia, aunque (gracias a Dios) cada vez menos, existe una connotación negativa asociada al ego pero, algo que hay que tener muy en cuenta es que, el ego no es por definición algo bueno o malo. El ego es simplemente una parte esencial del ser humano. Es, la forma de gestionar el ego, la que si que puede resultar positiva o negativa y puede hacer que cualquier proyecto o negocio triunfe o fracase.
La buena gestión del ego
Una buena gestión del ego se sustenta en cuatro pilares que son fundamentales:
Autoestima saludable
El ego positivo se asocia con una autoestima equilibrada, donde la persona tiene una percepción realista y constructiva de sí misma. Esto incluye reconocer y valorar las propias habilidades y logros, así como aceptar las limitaciones personales.
Confianza
Es fundamental tener confianza en uno mismo y en las propias capacidades sin caer en la arrogancia. Esto permite a las personas enfrentar desafíos, tomar decisiones y actuar de manera asertiva.
Flexibilidad
La capacidad de adaptarse a nuevas situaciones, escuchar y considerar las opiniones de otros, y cambiar de opinión cuando la evidencia lo justifica.
Empatía
>Aunque el ego se centra en el yo, un ego positivo reconoce y valora las necesidades y sentimientos de los demás, fomentando relaciones saludables y de cooperación.
La mala gestión del ego
Por otro lado, podríamos destacar que una mala gestión del ego se basa en los siguientes aspectos:
Narcisismo
Un enfoque excesivo en uno mismo, a menudo a expensas de los demás, con una necesidad de admiración y una falta de empatía hacia los sentimientos de otras personas.
Inseguridad
Una autoimagen frágil que puede manifestarse en una necesidad constante de validación externa, celos o comportamiento defensivo excesivo.
Rigidez
Dificultad para adaptarse a nuevas situaciones o aceptar puntos de vista alternativos. Esto puede llevar a la cerrazón mental y a la resistencia al cambio.
Arrogancia
Una creencia infundada en la propia superioridad que puede llevar a subestimar a los demás y a una falta de humildad.
Liderazgo desde el "ego"
Llevando el término al extremo y asociándolo (por desgracia y pido disculpas) a la connotación negativa del mismo podríamos decir que, el liderazgo desde el ego, se centra en el individuo, en su necesidad de poder, reconocimiento y control. Los líderes egoístas suelen tomar decisiones basadas en su propio interés, sin considerar las necesidades o perspectivas de los demás. Buscan la admiración y la validación, a menudo sacrificando el bienestar del equipo o del proyecto en el proceso. La comunicación puede ser dominante y autoritaria, lo que puede alienar a los miembros del equipo y socavar la colaboración.
Si eres un colaborador dentro del equipo te invito a que te cuestiones... ¿Cuántas veces te has dado con ese jefe con el que no te sientes escuchado? ¿En cuántas ocasiones has sentido que tus responsables se han atribuído éxitos de tu trabajo? ¿Te has sentido utilizado? Te ha pasado que estabas hablando con tu jefe, ha aparecido un superior y de repente ¿te han apartado la mirada? ¿Te da miedo compartir tus ideas? ¿Sientes que no te dan toda la información necesaria para hacer tu trabajo? ¿Tu trabajo parece no ser nunca ni reconocido ni suficiente? ¿No tienes ningún tipo de autonomía y todo tiene que pasar por tu jefe?
Si eres una persona con responsables a cargo plantéate lo siguiente ¿tus colaboradores sólo te escuchan pero nunca te interpelan? ¿tus colaboradores nunca te hacen propuestas? ¿ninguna propuesta te parece buena? ¿invitas a tus colaboradores a reuniones con tus superiores? ¿transmites toda la información a tus colaboradores? ¿Das las gracias a tus colaboradores? ¿haces micromanagement?
Obviamente esto tiene muchos matices pero seas quien seas (responsable o colaborador) te diré que, si varias de estas preguntas te resuenan y las vives día a día te diré que, tiene pinta, de que el liderazgo que se está ejerciendo en tu proyecto está centrado en el ego desde su variante más negativa.
Liderazgo desde la inteligencia emocional
La otra cara de esta moneda, sin embargo, es el liderazgo desde la inteligencia emocional que se basa en la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y de los demás. Los líderes emocionalmente inteligentes son conscientes de sus propias fortalezas y debilidades, así como de las de su equipo. Trabajan para fomentar un ambiente de confianza, colaboración y apoyo mutuo. Se enfocan en cultivar relaciones sólidas y en motivar a su equipo, reconociendo y valorando las contribuciones individuales.
Preguntas que deberías hacerte para detectar este tipo de liderazgo si eres colaborador ¿la comunicación con tu responsable es honesta y sincera? ¿sientes que tus ideas se tienen en consideración? ¿te transmiten toda la información para que puedas hacer tu trabajo? ¿te permiten brillar y poner en valor tus aptitudes? ¿te sientes autónomo para tomar decisiones? ¿te permiten fallar? ¿te sientes respaldado? ¿te dejan ser tú mismo? ¿te sientes escuchado? ¿ponen en valor que intentes mejorar?
Preguntas que deberías hacerte si eres responsable y quieres detectar si aplicas este tipo de liderazgo ¿quieres que tu equipo crezca profesionalmente? ¿intentas que se vea el talento de tu equipo por parte de tus superiores? ¿transmites las fortalezas de las personas de tu equipo a otros? ¿comunicas tus debilidades al equipo? ¿permites que tus colaboradores complementen tus debilidades con sus fortalezas? ¿agradeces?
Al igual que en el punto anterior, existen muchos matices pero, si muchas de estas preguntas son contestadas de manera positiva parece, bastante evidente, que este el tipo de liderazgo que se está dando en tu proyecto.
Impacto del tipo de liderazgo en el proyecto
Como habrás visto, en los dos tipos de liderazgo el ego es la base
fundamental pero, mientras en el liderazgo desde el "ego" se puede generar un ambiente
tóxico, donde el miedo y la desconfianza prevalecen, lo que suele repercutir en la falta de
creatividad y afectar muy seriamente a la productividad debido a la desmotivación y la
frustración que genera. El liderazgo desde la inteligencia emocional promueve la
cohesión del equipo, la innovación y la resiliencia frente a los desafíos.
Los
líderes emocionalmente inteligentes son capaces de inspirar a su equipo,
adaptarse a las
circunstancias cambiantes y resolver conflictos de manera constructiva, lo que conduce a resultados
más exitosos y satisfactorios.
Aún así, como en todo en la vida, hay
matices. Aplicar un tipo de liderazgo u otro al cien por cien tampoco es algo positivo en un
entorno profesional. Los negocios y las compañías exigen resultados. Los
proyectos requieren de la toma de decisiones para salir adelante. En este sentido, el liderazgo
desde la inteligencia emocional aplicado al extremo puede resultar complaciente e intente contentar
a todo el mundo y eso puede provocar, entre otras muchas cosas, retrasos y pérdida de foco o
tomas de decisiones tan grises que hagan que por ejemplo, una propuesta de valor de un producto o
servicio quede totalmente diluída. En este sentido, el liderazgo desde el "ego" aporta
determinación y foco cuando, por ejemplo, no hay claridad en algún aspecto del
proyecto.
Lo que te vengo a decir con esto es que, el liderazgo desde el ego puede proporcionar resultados a corto plazo y el liderazgo desde la inteligencia emocional construye una base sólida para el éxito sostenible a largo plazo.
En definitiva, liderar es un arte y no hay un camino único hacia el éxito, saber aplicar cada uno de estos tipos de liderazgo en el momento oportuno es lo que hará que tu proyecto o negocio puedan llegar a buen puerto.
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