¿Cómo gestionar proyectos de innovación?

¿Cómo gestionar proyectos de innovación?

Ya sea que estés emprendiendo, que necesites evolucionar un proyecto en el que estés trabajando o que requieras de alcanzar nuevas metas y diferenciación en el mercado para tu empresa sabrás que, la innovación, es la clave del éxito para hacer que cualquiera de estos objetivos se cumplan.

Sin embargo, gestionar proyectos de innovación, en muchas ocasiones, es un auténtico desafío, ya que requiere de encontrar el equilibrio entre la creatividad,la planificación estratégica y el cumplimiento de resultados en el mercado. En este artículo, te comparto algunos consejos y mejores prácticas que te ayudarán a gestionar proyectos de innovación de manera efectiva.

Definir los objetivos de la innovación

El primer paso para gestionar cualquier proyecto de innovación es tener una visión clara de lo que se quiere lograr. Para ello, es fundamental detectar los retos que se quieren abordar y definir claramente los objetivos específicos que se quieren lograr.

Aunque algunos creen que la innovación es, en muchas ocasiones, algo un tanto etéreo y casi místico dedicado únicamente a unas mentes privilegiadas que tienen la capacidad de ver lo que otros no ven... y esto no es así. La innovación tiene que ser medible, plantear objetivos alcanzables y abordar retos solucionando problemas que sean relevantes.

Además cada reto tiene que tener un momento en el tiempo en el que se deben poder extraer resultados y, todos estos retos y objetivos, deben estar alineados con la misión y visión de tu proyecto o empresa.

Crear un equipo multidisciplinar

La innovación prospera en un entorno de diversidad. No trabajes solo, forma un equipo multidisciplinar que incluya perfiles diversos diseñadores, ingenieros, especialistas en marketing y otros profesionales relevantes en el ámbito o el sector en el que quieras innovar. 

Incluye personas con formas de pensar diferentes, no todos tienen que ser cerebritos visionarios. Rodéate de personas críticas, unas más soñadoras, otras más prácticas y pragmáticas, personas con más experiencia en el sector y otras con menos y ten en consideración cada opinión, ya que, la combinación de diferentes perspectivas y habilidades fomentará la creatividad y permitirá abordar los problemas desde múltiples ángulos que 

Comunica el objetivo de la innovación

No importa que seas el jefe de proyecto, el CEO de tu empresa o un trabajador que quiere proponer una idea innovadora que permite mejorar algo en algún ámbito. No importa cuan claro tengas en tu mente el problema, los retos, objetivos o tiempos que tardarás en poner esa idea que ronda tu mente en el mercado. Si no sabes comunicar tu visión esa idea no llegará a buen puerto.

Tienes que ser capaz de comunicar tu idea de una forma que sea fácil y comprensible para todas las personas que vayan a ser partícipes de la misma. Tienes que trabajar en que todos y cada uno de los miembros del equipo tengan claridad sobre los problemas, retos, objetivos y maneras de abordar la innovación. Una buena forma de comunicar tus ideas y que te podría ayudar es aprender a pintar tus ideas.

Ten en cuenta que, en muchas ocasiones tendrás que adaptar el discurso para que personas con diferentes perfiles puedan entender esa visión que estás planteando. No es lo mismo comunicar una idea innovadora para un experto financiero, el CEO de tu empresa, los ingenieros, los desarrolladores o tus clientes… por lo tanto, dedica tiempo a encontrar la mejor forma de comunicar tu visión a cada uno de los partícipes de la misma.

Fomenta una Cultura de Innovación

La innovación implica muchos aspectos psicológicos que, en ocasiones, no son sencillos de gestionar para todo el mundo. La innovación es un carrusel de emociones para el que todos los miembros del equipo tienen que estar preparados.

Dependiendo del tipo de proyecto o el ámbito en el que se quiera innovar tú y las personas con las que colabores os encontraréis ante momentos de gran incertidumbre. Tendréis aciertos y también fallos en el proceso… la buena noticia es que todo esto es algo normal. 

Por lo tanto, fomentar una cultura organizacional juega un papel crucial en la gestión de proyectos de innovación. Promueve un entorno seguro en el que se valore la experimentación y las personas tengan un espacio para el fracaso. Incentiva a los miembros del equipo a proponer ideas novedosas y a aprender de los errores. Celebrar los éxitos y analizar los fracasos es esencial a la hora de innovar.

En mi caso personal suelo aplicar una frase con los equipos que nos ayuda a afrontar los retos de una manera más relajada: “No sé cómo lo vamos a hacer, lo que sí sé es cómo lo hemos hecho otras veces y que en el camino algo haremos que aporte valor”

Innova con paciencia, paso a paso

La innovación es más una carrera de fondo que una carrera al sprint. Es crucial que tú y tu equipo os mantengáis motivados y, la mejor forma de motivar a la gente es poder ir alcanzando pequeñas metas que os demuestren que el esfuerzo tiene su recompensa y que el objetivo cada vez está más cerca.

Saber medir las expectativas de cada entrega en un proyecto de innovación es fundamental para que las ideas lleguen a buen puerto. Cuántos malos gestores de la innovación han hundido ideas por tener unas expectativas sobredimensionadas… Por muy claro que tengas los objetivos,  por muy alineado que esté el equipo, en el camino te vas a encontrar problemas que no habías previsto, piedras y problemas que tendrán que ser resueltos antes de poder dar el siguiente paso.

Por lo tanto ten paciencia, se flexible, detecta los problemas que no te dejan avanzar, analiza si son un impedimento real y, en caso de serlo, no lo dejes a un lado ponte a trabajar en solucionarlo para poder seguir avanzando en tus objetivos.

Gestiona el riesgo que supone innovar y se proactivo

Los proyectos de innovación están inherentemente asociados con riesgos. Intenta, anticiparte e Identificar estos riesgos desde el inicio y desarrolla planes de mitigación. Estar preparado para enfrentar obstáculos te permitirá gestionarlos de manera más efectiva y minimizar su impacto en el proyecto. Un buen diseñador de producto te será de gran ayuda en este sentido.

Anticipar e identificar los riesgos que supone la innovación es una tarea compleja. No son pocas las ocasiones que este análisis previo te puede paralizar y llevar a no saber por dónde tirar. Es tanta la información que podemos llegar a tener que gestionar en este proceso que, en ocasiones, te puedes sentir abrumado y perdido. Una simple lista ordenada en la que plantees todos los retos que has detectado en la que puedas listar los pros y los contras de cada uno de ellos te puede ser de mucha utilidad. Aunque parezca obvio, escribe esa lista en algún sitio, sácala de tu cabeza o la de tu equipo y ponle orden ya que, de esta manera todos podréis hablar de lo mismo y no de lo que cada uno se imagine en su cabeza.

Se proactivo y avanza si quieres que tus ideas innovadoras se conviertan en una realidad. En muchas ocasiones la mejor forma de gestionar el riesgo que supone la innovación es avanzar. Es muy habitual caer en “la parálisis por análisis”. La proactividad, con sentido, es la mejor forma de gestionar el riesgo. Toma alguno de los retos que hayas detectado y comienza a abordarlo. En el camino evalúa los resultados y aprendizajes que te vayas encontrando y entra en ese círculo vicioso que supone ser un problem solver.

Involucra a tus usuarios para tomar decisiones

Recuerda que cualquier idea, por innovadora que parezca en tu cabeza, tendrá o no sentido en la medida en la que soluciona algún problema y existe un modelo de negocio asociado a ella. Es por esto que el diseño centrado en el usuario es fundamental para que esa idea innovadora pueda convertirse en una realidad.

Involucra a los usuarios desde las primeras etapas del proyecto a través de entrevistas, encuestas, pruebas de usabilidad, exponlos a prototipos... Su feedback te permitirá ajustar y mejorar tu idea con el fin de satisfacer mejor sus necesidades y expectativas.

Además, gracias al feedback de tus usuarios podrás tomar mejores decisiones. Yo siempre digo “no invento nunca nada, sólo escucho y hago lo que la gente me dice que haga”. Tu idea puede ser genial, las opiniones de los expertos de tu equipo pueden ser geniales y, sin duda, todas esas ideas y opiniones son la semilla para construir algo más grande pero, considera a tus usuarios parte fundamental en la toma de decisiones. 

Plantea hipótesis, mide y analiza los resultados

Cualquier proyecto de innovación es una hipótesis en sí misma. Cuando te planteas innovar en cualquier ámbito partes de la base de que tu idea soluciona un problema. Dependiendo de cuál sea ese problema deberás plantear hipótesis que te ayuden a evaluar si estás en lo correcto en tus asunciones o no.

Para asegurarte de que tu proyecto de innovación está en el camino correcto, es imprescindible poder evaluar estas hipótesis, medirlas de alguna forma y analizar los resultados. Establece criterios que te ayuden a tomar decisiones a la hora de evaluar tus hipótesis y el impacto de tu idea.

Por ejemplo, plantéate cuántas personas tienen el problema que estás intentando solucionar y busca información en internet, entrevista usuarios o busca datos que refrenden (o no) esa suposición para, con esa información, poder realizar ajustes y mejoras contínuas en tu idea.

Celebra los logros, aprende de los fracasos y disfruta del camino

Innovar es, en muchas ocasiones, un ejercicio más psicológico que técnico. Desde el momento en que una idea surge en tu cabeza nace en tí la ilusión de poder llevarla a cabo, solucionar un problema y aportar valor ya sea al mercado, a los usuarios, a tu proyecto o a tu compañía.

La innovación requiere de un alto grado de resiliencia, debes tener una capacidad alta para adaptarte a la adversidad y, en más casos de los que nos gustaría, gestionar altas dosis de frustración. Piensa en esos científicos locos de las películas a los que les explotan las probetas haciendo sus experimentos. La innovación es eso, por muchas certezas que tengas, hay muchas más situaciones de prueba y error que otra cosa. Pensar que tu idea va a salir a la primera y que sin la experimentación y el aprendizaje vas a dar con la tecla es algo más bien utópico. Por lo tanto intenta mantenerte a tí y a tu equipo motivados en el proceso ya que, sin esa motivación difícilmente podréis sobre llevar la frustración.

No te olvides nunca de, DISFRUTAR, DISFRUTAR y DISFRUTAR. Innovar es de las cosas más bonitas que alguien puede experimentar, tener una idea y llevarla a cabo es una experiencia que, más allá métricas o resultados económicos, merece ser vivida. La innovación no sólo te enseña sobre el sector en que estés trabajando. La innovación te ayuda a aprender mucho sobre tí mismo, quién eres, cuáles son tus fortalezas y dónde están tus debilidades.

Y, cuando finalmente consigas que aquello que empezó siendo una simple idea se convierta en realidad, CELEBRA los logros alcanzados. Reconoce el esfuerzo y el éxito de todas y cada una de las personas del equipo y sentiros orgullosos de lo que habéis conseguido.

¿Qué se necesita para ser innovador?

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2024-07-06
David Muñoz Guardia
David Muñoz
Experto en Diseño de Producto e Innovación con más de 20 años de experiencia, aplicando el Design Thinking y la creatividad para lograr resultados de negocio.

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